Dos piedras circulares talladas sobre una roca más grande conforman los cojines del Zaque, donde se reunían el Zaque de Hunza, los sacerdotes y otros miembros de la comunidad para adorar al Sol y observar los astros. Allí, con base en esta información, se predecía cuáles serían los tiempos de lluvia y de sequía con el fin de establecer los períodos apropiados para sembrar y cultivar la tierra.