El Festival Internacional de Música Sacra se realizó por primera vez en 2012, para conmemorar los 50 años del Concilio Vaticano II. Aunque el término “música sacra” empezó a utilizarse en occidente a partir de la música litúrgica cristiana, este Festival ha querido realizar un diálogo interreligioso, en el que todas las creencias y músicas tradicionales espirituales de diferentes continentes, se unen para cantarle a lo “sagrado”, uniendo a los ciudadanos y visitantes mediante el gusto por la buena música. 

A partir de la primera celebración, esta muestra de gran riqueza musical se ha venido realizando cada año durante el mes de septiembre, por un espacio de cuatro semanas.  

Es organizado por la Corporación Cultural InterColombia, una organización sin ánimo de lucro, que busca promover el arte y la cultura para mejorar la convivencia ciudadana por medio del diálogo artístico, logrando que se propicien ambientes en los que prime la tolerancia y la paz.

Una celebración llena de valores

La celebración no tiene que ver con algún género específico de música, sino más bien con algún valor humano que previamente se ha escogido, en torno al cual se realizan las presentaciones. En ediciones pasadas, el festival tomó como base valores como la “Armonía”, la “Gratitud” y la “Fraternidad”, encontrando en ellos el centro de convergencia en el que la música nos une a todos por igual.

Más de setecientos artistas de diferentes nacionalidades interpretan composiciones de estilo sagrado, religioso, contemplativo y meditativo, presentándose en treinta escenarios, que incluyen lugares representativos de la ciudad en los que se hace alusión al tema del festival.  

Iglesias, como la Catedral Primada de Colombia, La Iglesia de San Agustín, la Capilla de San José, la Iglesia de San Ignacio; museos como el Museo Nacional de Colombia; colegios; universidades, como el Oratorio de la Universidad de la Sabana teatros; centros comerciales, como el Centro Comercial Andino e incluso clínicas y cárceles, son los marcos en los que se ofrecen conciertos de talla internacional con grandes cantantes, coros y orquestas.

El Festival cuenta con un espacio académico igualmente enriquecedor en el que se realizan charlas, conversatorios, talleres y clases magistrales sobre los diferentes movimientos de la música sacra del mundo, permitiendo que los participantes al evento puedan interactuar y conectarse de manera directa con los maestros que vienen a exponer sus conocimientos en estos temas.  

La historia, la cultura, las religiones y las tradiciones se mezclan en un diálogo perfecto con el tiempo, y nos ofrecen este espacio en el que el ejercicio humano es absolutamente positivo.

Mas de cincuenta eventos, entre conciertos, clases y visitas guiadas por los lugares patrimoniales del centro histórico de Bogotá, hacen que este evento sea muy atractivo para los visitantes de todo el mundo. Así, los asistentes pueden terminar de disfrutar las presentaciones y conciertos, con caminatas y visitas en la que se resalta el patrimonio arquitectónico de la ciudad y en los que pueden probar la gastronomía bogotana en los numerosos restaurantes que se encuentran en las rutas guiadas.

Bogotá tierra de Eurocine
Foto por: Andrea Gaetano

El repertorio del Festival es muy variado, incluye Misas, cantos gregorianos, cantos budistas, música antigua china de diferentes tradiciones religiosas, música espiritual de África, cantos barrocos, cantos indígenas, música litúrgica y religiosa judía, música coral, música litúrgica católica y luterana, cantos del oriente árabe. En fin, un abanico de variada oferta cultural, que permite al público acercarse a diferentes saberes desde el respeto y el asombro.

Música sacra para todos

Los niños cuentan con un espacio para ellos, pues tienen la posibilidad de asistir a cuatro conciertos en los que la música coral infantil y juvenil se toma los escenarios.  

Marianna Piotrowska, directora del Festival, afirma sobre este encuentro: “El Festival Internacional de Música Sacra de Bogotá es una oportunidad para abrir nuestros corazones y mostrarle al mundo que, aunque somos todos distintos, tenemos algo en común y esto se llama el amor y el respeto por lo sagrado”.  De esta forma, con esta experiencia anual, Bogotá se posiciona como la capital de la música sacra en América Latina, lo cual le da un especial brillo mediático durante el mes de septiembre promoviendo el turismo cultural.

Mas del 90 % de las presentaciones son de entrada libre, para más información sobre repertorios y horarios visitar:  http://festivalmusicasacra.org/