Según la leyenda, el cuadro de la Virgen del Rosario que había sido pintado en 1562 por el español Alonso de Narváez estaba deteriorado cuando el 26 de diciembre de 1586 se produjo en él el milagro de la renovación. Ese día, la señora María Ramos vio cómo el lienzo despidió una luz muy fuerte y sus colores fueron restaurados. La imagen se aprecia en el altar de la la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá