Aunque Valledupar no tiene mar, por ella discurre el río Guatapurí, que se desliza desde la Sierra Nevada de Santa Marta y baña la ciudad. Al balneario Hurtado llegan familias enteras los viernes por la tarde para comenzar el descanso del fin de semana. En el Guatapurí se ve sobre una roca la estatua dorada de Rosario Arciniegas, una niña que, según la leyenda, se convirtió en sirena al zambullirse en sus aguas.