Para vivir la tradición de la lana se puede viajar de Zipaquirá una hora y media hacia el nororiente hasta el municipio de Cucunubá, un municipio cuyos potreros están llenos de ovejas que pastan. Estos animales proporcionan la materia prima para que los artesanos elaboren una gran variedad de prendas entre las que se destacan las típicas ruanas que protegen del frío en el altiplano cundiboyacense.