Un plan relajante que se disfruta en Santa Marta es caminar por el malecón de Bastidas -bautizado en homenaje al fundador de la ciudad, Rodrigo de Bastidas-. Allí, junto a la playa, se aprecian puestas de sol románticas y se siente un viento refrescante. Este lugar es punto de partida para hacer un recorrido por el centro de Santa Marta y conduce al sur hasta el Museo Etnográfico de la Universidad del Magdalena.