El arte nariñense se hace presente en la catedral de Pasto con óleos de los maestros Isaac Santacruz y Miguel Astorquiza. La iglesia, que a finales del siglo XIX fue derrumbada, fue reemplazada por un templo que se consagró como catedral de Pasto el primero de enero de 1920. Se conservan algunas reliquias del templo original de San Francisco, como una cruz de madera y una talla de Jesús crucificado.