COLOMBIA
Un viaje a Santander es lo que necesitas para abrir tu mente, expandir tus sentidos y llenarte de energía con sus deportes extremos en medio de paisajes memorables. Anímate a visitar este destino y dejarte llevar por su encanto.
Tu aventura empieza en San Gil cuando los guías alzan los remos como si estuvieran celebrando un ritual. Bajando cinco kilómetros por el río Fonce, las olas comienzan a retroceder y es hora de dejar que el sol te acaricie y flotes suavemente a través del valle, recostándote en el bote con una adrenalina que fluye.
Son muchos los que en su viaje a Santander llegan a San Gil con la expectativa de desafiar las olas y hacer parte del selecto grupo de viajeros que sortean las vueltas y giros del río Fonce, un río con un Nivel 3 en la clasificación internacional de rafting, considerado como una aventura y una bella vía fluvial. Al igual que otras experiencias de ensueño, este río te exige resistencia mental y física, que compensa con la naturaleza de Santander.
El pueblo de San Gil tiene una ubicación idílica sobre el Río Fonce y es un destino para quienes buscan aventura y deporte.
Tu aventura no culmina ahí, sigue en las angostas y concurridas calles de San Gil, a corta distancia de la carretera de Bogotá a Bucaramanga, y déjate seducir por más actividades al aire libre como el rappel, torrentismo, kayak, rafting y espeleología.
Como "perla" del Fonce, San Gil encanta con sus empinados paseos peatonales y sus puntos panorámicos. Es el centro desde el cual se explora la región de Santander, caracterizada por sus lomas ondulantes, tierra roja, rocas y pueblos coloniales de muros blancos. El pueblo tiene una magnífica catedral del Siglo XIX, una plaza agradable, varios cafés bohemios – Café con Verso y La Polita – y tiendas típicas como Donde Betty para gozar de un trago al anochecer luego de un día de balsaje.
Varias agencias de turismo funcionan en San Gil, proveen guías de habla inglesa y los requisitos de seguridad necesarios para gozar las aventuras extremas al aire libre.
San Gil también es el hogar de uno de los parques más bellos de Colombia: El Gallineral, una parada fascinante en tu viaje a Santander. Con sólo pagar la entrada puedes deambular por cuatro hectáreas de bosques cubiertos por higuerones centenarios que adquieren una belleza particular cerca del río Fonce a la luz de la tarde. El parque tiene un restaurante que ofrece platos típicos como carne oreada (carne de res secada al sol) y cabro salvaje.
Para el hospedaje, encuentras hoteles en el centro y en los alrededores. El Hotel Colombia Santander es una gran opción si tienes interés en explorar la región y vivir los deportes al aire libre, mientras que el Hotel Wassiki, en el cercano pueblo de Pinchote, es una buena opción si quieres relajarte a la orilla de una piscina.
Los nombres de los pueblos y municipios llamarán tu atención, empezando por Pinchote, Aratoca y Curití, uno de los encantos que permanecen durante siglos en este terreno montañoso que sigue llamando la atención de viajeros llevados por un espíritu de aventura y conquista.
En tu viaje a Santander, recorre los pasos del pionero alemán Geo von Lengerke, quien a mediados del siglo XIX intentó unir las tierras altas de Santander con el río Magdalena recorriendo sus numerosos caminos indígenas. Más de 600 kilómetros de rutas de piedra, en un tiempo usados para el transporte por mula, hoy sobreviven y es posible serpentear sin prisa por ellos atravesando huertos y campos sembrados de tabaco.
Considerado como uno de los pueblos más llenos de encanto en Colombia, Barichara ha sido preservado del paso del tiempo. A tan sólo 20 minutos de San Gil y encaramado sobre una planicie árida, es fiel al nombre que le dieron sus pobladores originales y que se traduce como "lugar de descanso".
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Barichara fue declarado Monumento Nacional en 1978 y es el hogar de muchos artesanos llenos de dones que ejercen su oficio labrando la piedra y moldeando la tierra. Varios diseñadores han convertido las casas de bahareque en talleres que ofrecen cerámica y loza de barro.
Hay diferentes hoteles tradicionales en el pueblo: El Campanario y el Hotel Santa Bárbara. El hotel La Nube ha traído el concepto boutique a Barichara y atiende visitantes más exigentes. El Café Central, sobre la plaza principal, sirve café orgánico para acompañar una selección grande de sabores que fascinan como dulces y pastelería.
Dentro de los muchos restaurantes disponibles está Color de Hormiga, que ofrece platos que utilizan hormigas tostadas - las famosas corta hojas o las hormigas culonas como ingrediente principal. Para quienes buscan un cigarro fino, está Gordelia. Creados por Patricia Vanstrahen, estos puros se caracterizan por ser curados y enrollados usando el mejor tabaco de la región de Santander.
Un viaje a Barichara debe incluir una visita a la cercana comunidad de Guane, pintoresca y preservada con aires coloniales. En medio de cabros que andan sueltos y de pasajes que forman una colcha de retazos, se puede echar un vistazo a la iglesia del pueblo y al original museo paleontológico con su colección de fósiles, que incluye los restos de los dinosaurios que alguna vez vagaron por estos valles, ¡cómo en una película! Esto es justo una pequeña muestra del encanto que hay detrás de un viaje a Santander.
Este departamento tiene su cuota de maravillas naturales, los manantiales Pozo Azul y cascadas Juan Curí, que caen 400 metros atravesando el bosque de niebla. Una maravilla natural tiene protagonismo sobre las demás por su tamaño y magnificencia: el Cañón del Chicamocha.
El Chicamocha se levanta desde el río que lleva su nombre hasta las alturas asombrosas de la Mesa de los Santos. Desde el mirador del Parque Nacional del Chicamocha se puede apreciar el laberinto de su terreno accidentado y montañoso que te parecerá sacado de una pintura muy famosa.
Anímate a recorrerlos por teleférico y atraviesa el cañón en 45 minutos. También puedes hacer otras actividades como patinar en hielo ecológico, subirte en karts y apostar carreras de cable. Una pendiente cercana atrae a los parapentistas con las agallas suficientes para navegar en este paraíso de vientos, ¿tienes la valentía de hacerlo?
Ven a testimoniar la máxima expresión de aventura y el verdadero espíritu de libertad que suscita en ti un viaje a Santander.
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