En lo profundo de los paisajes montañosos del departamento de Santander, en los Andes Orientales Colombianos, se encuentra una delicia culinaria que ha cautivado paladares durante siglos: la hormiga culona. Más que un simple plato, esta hormiga es un símbolo de la rica cultura gastronómica de la región, una tradición arraigada en la historia y la identidad de su gente. 

Un manjar que requiere de trabajo 

Barichara, Santander, uno de los principales destinos donde se produce, vende y consume hormiga culona.

El recorrido comienza en los campos de los municipios de San GilCurití y Barichara, principales centros de producción de esta hormiga. Allí, son los campesinos quienes se despiertan antes de que salga el sol y se dirigen hacia los hormigueros de donde se toma el animal, reconocido por sus propiedades analgésicas y antiinflamatorias. En ocasiones, se espera a que salga el sol para que, con un clima más elevado, las hormigas se animen a salir. 

Las hormigas deben ser preparadas antes de ser vendidas: primero son sumergidas en agua, se les remueven las alas y el pico, se dejan con agua y con sal por un tiempo y, posteriormente, se fríen con un poco de aceite, aprovechando que el animal suelta su propia grasa. Finalmente, las hormigas se empacan y se venden en tiendas o calles de los municipios. 

Para muchas personas, hoy en día este trabajo viene heredado como tradición con la que sus familias han generado recursos económicos. Sin embargo, se sabe que los guanes, pueblo indígena que habitó parte del departamento de Santander y del cual todavía existen algunos descendientes, cuidaban y alimentaban a las hormigas durante los nueve meses que estas se escondían bajo tierra. Ya para los meses de abril y mayo, las hormigas eran cazadas por la comunidad como parte de su sustento. 

Símbolo de la identidad santandereana 

Se dice que los guanes cultivaban y recolectaban las hormigas culonas durante la temporada de lluvias, cuando emergen de sus hormigueros en grandes cantidades. Estas hormigas eran un manjar muy apreciado por su contenido nutricional y su sabor distintivo. Era usada en los cortejos para conquistar a la doncella deseada. 

El sentido de identidad y tradición con la hormiga culona se puede evidenciar en festividades y eventos locales, donde hace parte de la degustación culinaria. Además, es posible encontrar esculturas de este animal en diferentes sitios: la que se encuentra mirando hacia el río Fonce en el Parque el Gallineral, una hecha en piedra en Barichara y el monumento a la hormiga en Bucaramanga

Esculturas de la hormiga culona en el Parque el Gallineral (San Gil), Barichara y Bucaramanga.

Buscando evitar su desaparición y buscando promover su protección como símbolo representativo del departamento, en 2023 se llevó a cabo el primer festival de “La Hormiga Culona Real”. Además, fue recopilado un estudio sobre su historia y tradición, promovido por el Instituto de Cultura y Turismo de San Gil y el cual puedes encontrar aquí

La hormiga culona no es solo un alimento delicioso, sino también un símbolo de la rica herencia cultural y natural de Santander. Al explorar destinos como Barichara estás descubriendo algunos de los lugares más bellos del país con tradiciones ancestrales que llegan hasta los placeres de la mesa. Asegúrate de probar este y más platos del país de la belleza que deleitarán tu paladar. 

 

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