Providencia y la pequeña isla de Santa Catalina están unidas por el puente de los enamorados, una estructura flotante de madera cuyas barandas están pintadas de colores y que permite el paso de las lanchas a través de un túnel estrecho. El canal sobre el que está el puente fue dragado por los piratas en el siglo XVII para proteger ambas islas de los invasores. Hoy es escenario de paseos románticos.