COLOMBIA
En las aguas del Chocó suelen hacerse inmersiones de entre cinco y treinta metros de profundidad. Algunos sitios son buenos para principiantes, como Cotudo y La Piedra del Norte, en el Pacífico; y Capurganá, en el Caribe. Otros exigen mayor pericia, entre ellos el naufragio del buque de la Armada Nacional ARC Sebastián de Belalcázar, en Bahía Solano, que participó en la batalla de Pearl Harbor.
Este Departamento cuenta con una exuberante naturaleza y una gran variedad de especies animales y vegetales que lo posicionan como uno de los territorios más biodiversos del mundo. Este pulmón del planeta, posee un alto endemismo de especies naturales debido a los diferentes ecosistemas conectados o no, que allí habitan. Uno de estos ricos ecosistemas, también en cantidad de ejemplares por especie, es el marítimo.
Este territorio selvático además cuenta con la particularidad de tener dos costas, una sobre el Océano Pacífico y otra sobre el Mar Caribe, haciéndolo un destino ideal para aquellos aventureros que quieran iniciarse en el buceo o para los experimentados buzos que buscan nuevos y originales panoramas acuáticos cargados de variedades y cantidades de seres vivos alrededor.
A continuación dejamos una guía de buceo de los lugares en los que encontrarás auténticos paraísos de vida marina.
Este corregimiento del municipio de Acandí, que traduce en lengua kuna “tierra del ají”, se ubica en el Golfo de Urabá, cerca de la frontera con Panamá. Este destino de conocida belleza ofrece un espectáculo único en el mundo: la selva húmeda de color verde esmeralda que termina abruptamente su camino a los pies del mar azul y cristalino de un sector poco poblado.
A Capurganá solo se puede llegar por vía aérea desde Medellín (1 hora) o marítima desde Necoclí o Turbo (municipios turísticos antioqueños ubicados a 7 y 8 horas y media de Medellín por vía terrestre).
Capurganá ofrece a los viajeros una variedad de actividades en tierra firme para conocer la flora, fauna y demás tesoros naturales que le rodean. De la misma manera, cuenta con varios puntos de buceo con hermosos arrecifes de coral en los se pueden observar especies como mantas, tiburones nodriza, meros, centollos, langostas, pargos, mariposas, globos, tortugas y diferentes peces arrecifales entre muchas otras.
Los meses entre abril y noviembre se convierten en los mejores para realizar esta actividad, puesto que las olas casi desaparecen, permitiendo completa visibilidad.
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Desde Capurganá se pueden visitar lugares vía marítima como Cabo Tiburón (en el límite con Panamá), la Grieta de Narza, Bahía Aguacate y la Cueva del Mero, sitios que no superan los treinta metros de profundidad y que son verdaderos paraísos marinos.
Encontrarás corrientes suaves y moderadas en las que tendrás una experiencia serena y plácida. Este destino cuenta con las condiciones ideales para aprender a bucear o certificarse como buzo.
La costa del Chocó sobre el Océano Pacífico, al ser notablemente más extensa que la que tiene sobre el Caribe, cuenta con más posibilidades de lugares con niveles de dificultad más avanzados para el buceo.
La inmersión en estos sitios presenta características que requieren de pericia y audacia debido a las fuertes corrientes y al oleaje, por tanto es recomendable para buzos con experiencia.
Gran diversidad de formaciones coralinas y rocosas hacen posible experimentar de cerca el encuentro con especies únicas de fauna. Los tiburones martillo, sedosos, aletiblancos, tortugas de gran tamaño, delfines, mantas y las ballenas jorobadas (que se dejan avistar durante los meses que van de julio a noviembre) abundan en la zona. La visibilidad varía de quince a treinta metros, dependiendo del sitio de buceo y la temperatura del mar oscila entre los 27 y los 20 grados centígrados durante el año.
El sitio más popular para salir a los diferentes puntos de buceo es Bahía Solano, un municipio que se encuentra en la costa norte del Chocó, en una de las zonas más húmedas del mundo. Es un territorio pesquero y lugar donde se puede realizar fácilmente avistamiento de diferentes variedades de tortugas y de las monumentales ballenas Jorobadas.
Es posible llegar desde Medellín o Quibdó por vía aérea, en barco desde Buenaventura y en lancha desde Nuquí. El fondo del mar es rocoso y presenta riscos en los que habitan animales de gran tamaño. La profundidad varía desde 9 hasta 42 metros y cuenta con varios puntos de inmersión de fácil acceso.
Entre los más destacados se encuentra el punto Sebastián de Belalcázar ubicado a 400 metros de la Playa Huina. Este barco, inspirador literario (El Karina, novela de Germán Castro Caicedo), cuyo naufragio se dio en 2004, es ahora hogar de grandes peces como meros, pargos y bonitos, entre muchos otros. Se encuentra de 24 a 40 metros de profundidad. Recorrer el barco desde estribor hacia la proa se convierte en toda una aventura bajo el agua.
Vidales Hundidos es otro punto de buceo, santuario natural, ubicado a 800 metros de Juan Tejada. Estas montañas hundidas tienen algunos morros visibles sobre el agua. La Piedra del Flaco en los Morros Vidales, se encuentra a 45 minutos de Bahía Solano. La Piedra Becerra en Cotudo es una piedra que se levanta como una montaña y se ubica a 300 metros de la playa.
Otros sitios como La Piedra de la Esperanza y San Telmo en Juna, se ubican cerca de las playas cercanas a Bahía Solano y se destacan por ser el hogar de numerosos cardúmenes de peces de gran tamaño y por ser puntos de pesca regional.
Es usual observar peces enormes como meros, jureles, bravos, pargos rojos, pámpanos, veraneras, atunes; diferentes tipos de morenas, corales de gran belleza como las gorgonias y diferentes peces de arrecife.
Ubicado en el centro del golfo de Tribugá, este municipio es un auténtico paraíso ecológico y megadiverso. Rodeado de la espesa selva del Darién y bañado por múltiples ríos que desembocan en el Pacífico, Nuquí es un destino muy apetecido por los buzos y por los amantes de la naturaleza.
Se llega vía aérea desde Quibdó o Medellín, y por vía marítima desde Buenaventura (8 horas) y Bahía Solano (2 horas). En los puntos de buceo cerca a Nuquí encontrarás peces de gran tamaño como meros, jureles y diferente especies de tiburones como el tigre, limón, aletinegro, toro, y nodriza; también es el hábitat de tortugas, de sierras, de atunes, mantas, pulpos y langostas, entre muchas otras especies marinas. Los puntos de buceo destacados se ubican al sur de Nuquí.
La Roñosa es una formación rocosa de gran tamaño que tiene quince metros de profundidad, donde se pueden observar además de corales, peces como meros, sábalos y pargos. Piedra Bonita, se ubica a no más de doce metros de la costa y consiste en una cordillera sumergida con gran fondo de arena y grietas donde viven morenas y pulpos.
También habita allí el tiburón guitarra. Grandes cardúmenes de diferentes especies y tortugas se pueden avistar sin dificultad. La conocida Piedra de Fidel cuenta con una profundidad de cuarenta metros, y es una roca muy protuberante que surge del fondo del mar.
Cardúmenes de jureles y rocas llenas de gorgonias deleitan la vista de quienes practican el buceo. Es uno de los puntos más exigentes y requiere de un guía experto. Cuenta con hermosos corales tubulares de color amarillo vibrante.
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La Parguera y El Amargal son sitios muy populares que exigen un nivel avanzado de buceo. Allí se encuentran peñascos que se ubican cerca de un cantil de gran profundidad. Atiborrados de coral negro, son sitios llenos de vida en el que abundan los peces. Jureles colinegros, tiburones ballena y mantarayas se pasean por este entorno adornado con millones de peces de colores.
Otros sitios que se pueden visitar para la práctica del buceo son Cabo Corrientes, la Ensenada de Utría, Bahía Cupica, Tebada, Cabo Marzo y Arusí.
Cuando se realizan las inmersiones, es de vital importancia seguir todas las medidas de seguridad, puesto que hay fuertes corrientes, que es mejor evitar.
Descubre este encantador departamento del occidente colombiano y enamórate de la riqueza natural y biodiversidad que te ofrece la posibilidad de bucear en dos mares diferentes.
Los tesoros marítimos de Colombia son un espectáculo de dimensiones inenarrables que lo convierten en un destino sin igual.