Los paisajes desfilan a ambos lados del río Fonce mientras la balsa de caucho es arrastrada por la corriente. El sonido de los remos cuando entran en el agua es la banda sonora de quienes gozan en la embarcación al estar en contacto con la naturaleza. Esta sensación de libertad, que se queda en la memoria por mucho tiempo, está al alcance de quienes practican rafting en San Gil.